En nuestros sueños infantiles, imaginábamos las ciudades del futuro con coches voladores planeando por encima de los edificios y robots que hacían las labores de casa. Esa idea utópica ha sido reemplazada para construir ciudades donde la tecnología mejore la calidad de la vida de las personas y la sociedad.

¿Se hará realidad?

En estos momentos la cuestión no es si, sino, cuándo los proyectos Smart City se inician.

El informe ‘Black & Veatch’s 2016-Strategic Direction report’ nos dice que, del total de ciudades y gestores encuestados, el 57,6% opinaban que serán necesarios entre 6 y 15 años para implantar el modelo. ¡Esto ya está aquí!

Según el ‘Estudio Strategic Opportunity Analysis of the Global Smart City Market, Frost & Sullivan’, el concepto ‘Smart City’ define a ciudades construidas sobre soluciones inteligentes basadas en tecnología aplicada a la gestión eficiente de la energía; la construcción de edificios automatizados y ecológicos (Smart Cities start with Smart building, Harvard Business Review) ; la movilidad, el transporte y la gestión de los aparcamientos; a la comunicación unificada entre los hogares, las oficinas, la industria, el coche, todo sobre una misma plataforma; la e-salud, el diagnóstico preventivo remoto, y políticas de vida saludable; infraestructuras inteligentes conectadas a una red de alta velocidad; gobierno con información instantánea que permita tomar decisiones adecuadas, con políticas que incentiven y promuevan un entorno ecológico; una educación para ciudadanos verdes que poseen interés y aplican estas políticas en su vida diaria con estilos de vida sana; un sistema de seguridad que proteja a las personas, la propiedad y la información.

La clave de los sistemas inteligentes es la instalación de sensores y dispositivos que recogen información y la envían de forma instantánea a través de redes de alta velocidad para ser almacenadas en centros de Big Data y analizadas en tiempo real por sistemas sofisticados de software para de forma instantánea emprender las acciones necesarias.

Los diferentes gobiernos se apresuran a definir sus planes de acción, nadie se queda fuera. Los más improbables están trabajando. India planea cómo crear 100 Smart Cities de las cuales ya tienen nombre y apellidos 20 de ellas (Bhubaneswar (Odisha), Pune (Maharashtra), New Delhi Municipal Corporation (Delhi), Jaipur (Rajasthan), Chennai (Tamil Nadu),…). El plan Connected Convergence genera oportunidades para África. Nada que decir sobre el resto, todos están marcha.

Desde nuestro país, donde el turismo es principal fuente de ingresos, el ‘Plan Nacional de Ciudades Inteligentes 2014’ plantea que ¿por qué limitar el proyecto a las grandes ciudades y no hacerlo extensible a regiones, territorios o destinos turísticos? La presencia de características propias de una ciudad inteligente repercutirá positivamente en la imagen de la ciudad, le ofrece una ventaja competitiva que se traducirá a medio y largo plazo en una mayor afluencia de visitantes y, en consecuencia, mayores beneficios económicos para ciudadanos y empresas.

El Plan imbrica la estrategia empresarial de Ciudades Inteligentes con un proyecto para Edificios Sostenibles y Hogares Digitales ligado con un Plan de Reindustrialización (Industry 4.0).

Nadie es capaz de estimar la oportunidad de negocio que estos cambios pueden generar, porque las diferentes fuentes que he podido consultar hablan todas de cifras astronómicas pero dispares entre sí. Desde los 400k millones de $ a nivel global en el 2020 del Plan para Ciudades Inteligentes hasta los 1.565k millones de $ de Frost & Sullivan.

Atendiendo a los principios de la economía, si nuestra calidad de vida como ciudadanos depende de que exista negocio detrás, estoy seguro que la mejoraremos, pues hay mucho dinero en juego.

Con tanta tarea por hacer, cuesta saber por dónde empezar.

Las ciudades evolucionarán hacia el concepto ‘Smart’ pasando por 3 fases necesarias:

  • Fase 1. Instalación de sensores interconectados y mecanismos básicos para la recogida de información.
  • Fase 2. Centralización de la información y sistemas avanzados de análisis de datos. Gestión del alumbrado, sistemas de seguridad y vigilancia integrados.
  • Fase 3. Mecanismos bidireccionales de comunicación donde los sistemas responden de forma autónoma en función de los datos recogidos.

Surgen como industrias en auge las Geographic Information System (GIS), tecnología Drone, Renovables, Recursos de Energía Distribuida, sistemas de alumbrado LED, Big Data, Data Mining y Data Analysis, Ciberseguridad, Cloud Computing, … Los conocemos todos o casi todos, son tecnologías a nuestro alcance que harán posible la Smart City.

Pero como no hay evolución sin riesgo, debemos estudiar planes alternativos para protegernos contra los muy probables fallos de la tecnología, violación de la privacidad y la seguridad de la información, la vulnerabilidad a los ataques terroristas, el incremento del coste de vida, el rechazo cultural y social, el desplazamiento de trabajadores poco cualificados. El efecto Mateo que va en contra del mismo principio Smart City y la calidad de vida de los ciudadanos, con un incremento de la desigualdad y deficiente distribución de la renta per capita.

♦ Estamos inmersos en un cambio imparable que transformará nuestra forma de relacionarnos con el entorno, llevándonos a un mundo más saludable. Nuestros modelos de negocio precisan adaptarse y aprovechar esta oportunidad para invertir. No te quedes en la casilla de salida, ¿vas tarde?

Josep Fenoy, 20 de agosto del 2016.